Quinto

Una palabra donada por Emilia Moreno


Desde del quinto, de sus partes



(c) IPM, Cetatea Rasnov (de la palabra «rosa»), Ciudadela a una hora de Sibiu, Rumanía, 26/09/2014


Cuando hicieron el recuento por primera vez en aquel pueblo de Castilla, elegir a uno de cada cinco jóvenes suponía que trece chicos iban a prepararse para la guerra. Deben ustedes de imaginarse que el rey Juan II de Castilla estaba sentado en su trono aguardando la llegada de esa milicia compuesta por ese veinte por ciento de la población joven masculina de la región, medida y pesada para la ocasión. No lo sé. Pero sí sé que Juan había sido declarado mayor de edad a los catorce años tras quedarse su reinado sin un adulto disponible para la regencia, allá en marzo de 1419. En un lugar no muy lejano, en la actualidad se celebra una vez al año la fiesta de los quintos, donde los jóvenes (mayores de edad a los dieciocho años) talan un árbol verde que exhiben en la plaza mayor o delante de las casas de las mujeres solteras. 

Los quintos de Juan II eran seleccionados -si he entendido la historia aun sin ser historiadora a peso, es decir, por sus cualidades físicas. Había una llamada a la obligatoridad de defender un Reino gobernado por un niño que quién sabe si hoy no estaría pendiente de si el comedor del colegio estará abierto o, si es afortunado, de asegurarse de que al salir de clase el viernes, se quita el uniforme para vestirse de fin de semana. Hoy, ya no llaman a nuestras casas para decirnos que nuestro hijo debe ir a servir al reino. Hoy, para hacer una pausa de la memorización de contenidos en la escuela, podemos llevar a nuestros hijos a visitar los restos de ciudadelas en las que hay que comprar recuerdos, con la esperanza de que no haya suficiente cobertura, con el fin de lograr que los alumnos miren alrededor en vez de a la pantalla que nosotros mismos, santos adultos, no apagamos «por si acaso».

(c) IPM, Cetatea Rasnov (de la palabra «rosa»), Ciudadela a una hora de Sibiu, Rumanía, 26/09/2014



Sé que cuando Emilia Moreno me donó esta palabra, «quinto», lo hizo pensando  en el contexto militar. Pero mientras pienso en ello y me acerco a un tema que siempre he deseado mirar de reojo, me he perdido. Me he extraviado porque mi recuerdo de un niño en la ciudadela de Rasnov jugando con cinco balas medievales (la quinta, que no ven en la foto, la tiene en la mano) lo mezclo con datos. Maldito Google... Me encuentro con que al parecer uno de cada cinco niños tiene piojos; que uno de cada cinco androids son violentamente atacados por virus troyanos y que uno de cada cinco ordenadores españoles funciona aún con Windows XP; parece que, mientras usted y yo nos tomamos un quinto, según El País, para una de cada cinco personas en nuestro país, la “recuperación” no forma parte de sus planes; uno de de cada cinco españoles vive por debajo del umbral de la pobreza según los datos del INE; la Universidad de Michigan dice que uno de cada cinco hombres en Estados Unidos admite haber ejercido la violencia contra su pareja; un quinto de los astronautas regresa teniendo problemas de visión crónicos; las guerras napoleónicas supusieron la muerte de uno de cada cinco franceses nacidos entre 1790 y 1795.

¿Cómo una palabra, una sola palabra, puede llevarme desde la historia militar de la Castilla del siglo XV hasta el hecho de que, según una estadística sobre ciberamor, una de cada cinco parejas heterosexuales se han conocido por internet? ¿Qué puedo responder yo al dato que dice que un quinto de los hombres es mujeriego? ¿Qué puedo añadir yo si no sé desde cuándo se considera que uno es mujeriego? En un delirio absurdo, recojo todo lo que oigo y me tienta reflexionar sobre si el niño con piojos es un quinto elegido para iniciar el trasvase de picores, sobre si los cuatro hombres que no son mujeriegos han encontrado un amor tan completo y responsable que no necesitan buscar fuera de sus relaciones o que, visto de otro modo, tal vez el quinto mujeriego representa un sector de la población elegido por la naturaleza para actuar acorde con ella y con libertad, o un irresponsable disperso y corrompido por la lujuria. No lo sé. Sigo sin saber.

Desde el quinto piso de mi infancia oía a mi vecina gritar a su hija Maravilla, de mi quinta, y desde la quinta mesa que ocupo en el despacho escucho y busco la quintaesencia del quinto. Ésta debería ser el éter, el elemento global, misterioso, orgánico e invisible que aporta ritmo, globalidad y naturalidad a tantas partes y divisiones que conviven ajenas las unas a las otras. En un ejercicio obsesivo, he reducido irremediablemente la realidad a quintos. Dejando de lado los problemas hepáticos que ello podría conllevar si estos fueran de cerveza, el dibujo del mundo deviene una serie de partes inconexas, de islas que deseo unir nadando de una a otra, cargada de grafitos para difuminar las orillas






|Texto e imágnes: Irene Pomar|


quinto, ta.
(Del lat. quintus).
1. adj. Que sigue inmediatamente en orden al o a lo cuarto.
2. adj. Se dice de cada una de las cinco partes iguales en que se divide un todo. U. t. c. s.
3. m. Mozo desde que sortea hasta que se incorpora al servicio militar.
4. m. Derecho de 20 por 100.
5. m. Cierta especie de derecho que se pagaba al rey, de las presas, tesoros y otras cosas semejantes, que siempre era la quinta parte de lo hallado, descubierto o aprehendido.
6. m. Parte de dehesa o tierra, aunque no sea la quinta.
7. m. Medida de líquidos que contiene la quinta parte de un litro.
8. m. Der. quinta parte de la herencia, que, aun teniendo hijos, podía el testador legar libremente, según la legislación anterior al Código Civil.
9. m. Mar. Cada una de las cinco partes en que dividían los marineros la hora para sus cómputos.
10. f. Casa de recreo en el campo, cuyos colonos solían pagar por renta la quinta parte de los frutos.
11. f. Acción y efecto de quintar.
12. f. En el juego de los cientos, cinco cartas de un palo, seguidas en orden.
13. f. Reemplazo anual para el servicio militar.
14. f. Conjunto de personas que nacieron en el mismo año.
15. f. Marcha o velocidad de mayor recorrido en el motor de algunos vehículos.
16. f. Mús. Intervalo que consta de tres tonos y un semitono mayor.
17. f. Col. y Ven. Casa con antejardín, o rodeada de jardines.
18. f. Ur. Huerta de extensión variable dedicada al cultivo de hortalizas para el consumo familiar o con fines comerciales.
19. f. pl. Operaciones o actos administrativos del reclutamiento.
~ remisa.
1. f. Mús. Nota que sigue inmediatamente a la cuarta.
entrar en quintas.
1. loc. verb. En el servicio militar, llegar a la edad en que se sortea.
 V.
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