Cacofonía – EN CONSTRUCCIÓN

Una palabra donada por Fabio Quintero

cacofonía.

(Del gr. κακοφωνία, de κακόφωνος, malsonante).
1. f. Disonancia que resulta de la inarmónica combinación de los elementos acústicos de la palabra.
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Queridos amigos,

En el marco de Se Me Ha Caído El Diccionario , me gustaría invitaros a participar a la construcción de la palabra «Cacofonía».

Como algunos ya sabéis, este proyecto nace gracias a los donantes de palabras. A partir de una palabra donada, se publica una entrada en el blog, a veces un texto, a veces una imagen, sonido, a veces todo… siempre con la vocación de explorar la escritura como una posibilidad multiforme para generar o descubrir significados.

Ahora estoy trabajando en la palabra «Cacofonía», donada por Fabio Quintero, y no deseo escribir sola esta entrada. Por este motivo quiero ponerla a vuestra disposición para que, desde aquí, podamos disfrutar juntos del proceso de escritura. El formato es abierto, así que el resultado es imprevisible.

Estoy muy ilusionada con lo que todavía no sé qué será y espero poder disfrutarlo con vosotros.

¡Gracias de antemano!

Abrazos,

Irene

APORTACIONES

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Lluc Potrony Julià


cacofonía


Entro en lo que llaman bar-restaurante universitario. No es bonito. Techo alto. Suelo, techo y paredes alicatados. Mesas de fórmica grandes, donde caben hasta veinte personas. Sillas curvas con asiento de plástico basto con patas metálicas a los lados. El lugar parece más bien un cruce entre un aula y un baño. Al fondo hay una línea de autoservicio. Las mesas son un galimatías de vajilla sucia, vasos de usar y tirar, servilletas de papel, flyers y algún que otro charco de alguna salsa, café, agua… No se oye nada coherente. Me asalta un amalgama de conversaciones, palabras sueltas, gritos, bufidos de la cafetera, golpes metálicos de la caja registradora, repiqueteo de cubiertos contra los platos, pitidos intermitentes de unos microondas escondidos en un rincón detrás de alguna columna. Los pensamientos se atascan por el barullo. Debajo del bolo sonoro apenas saboreo el plato de cocina para multitudes que debo de haber adquirido en la cola del autoservicio.


Salgo desubicado como un abducido por los extraterrestres. Me faltan minutos. Siento que todo ha pasado a la vez aunque sé que no ha sido así. Cuando miro a mi alrededor no reconozco dónde estoy. Entré en un edificio roído por el humo, los pitidos y las vibraciones de la autopista al borde de la ciudad y ahora estoy en una tranquila callejuela entre edificios góticos de color ocre. Habré salido por la puerta equivocada.

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