Descuajeringar






Cuando tenía 7 u 8 años -es un debate largo que hemos mantenido con mi madre en el que no había desacuerdo sobre el hecho de que no estábamos seguras- escribí un cuento porque sí. Estos días, mientras intentaba preparar la palabra «Descuajeringar» me he dado cuenta de que ya lo tenía hecho, pero aludiendo al proceso inverso que tal fascinante concepto denota. Así que, de momento, no añadiré nada más.
Os lo transcribo más abajo -con sus erratas y tropiezos gramaticales- por si la caligrafía fuera para algunos un jeroglífico esquimal grabado en un bloque de hielo en el trópico.




Transcripción:

LA MANO QUE NO ERA MANO Y LUEGO YA LO FUE.
Había una vez una mano triste porque sus dedos le habían dejado sola. Un buen día decidió ir a por los dedos, los encontró pero solo uno, el pulgar. Este dedo no quiso irse se lo pasaba muy bien en la playa. La mano se fue, luego en una estatua vio el índice indicando hacia la catedral. Esta le preguntó ¿quieres venir conmigo? Dijo -no, me lo paso bien aquí así que lárgate-. Bueno adiós.

Después de mucho andar halló el corazón que no dio tiempo a la mano a que preguntara y dijo: -mano ¿me quieres llevar contigo?-. La mano contestó: ¡bien ya viene alguien! Sí te dejo venir. Se fueron. Como el corazón era el que mandaba ordenó que todos los dedos viniesen con la mano y así la mano con los dedos según ellos se lo pasaron guay. Así termina esta historia diciendo adiós y fin.

Irene Pomar, allá en 1988-90.

Todos los derechos reservados Registrado en Safe Creative

Descuajeringar àdescuajaringar
De descuajar.
1. tr. Desvencijar, desunir, desconcertar algo. U. t. c. prnl.
2. prnl. coloq. Dicho de las partes del cuerpo: Relajarse por efecto de cansancio. U. solo hiperbólicamente.
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

1 Comments

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.