Sencillez

Una palabra donada por Agostinho Bento de Oliveira

sencillez.

1. f. Cualidad de sencillo.

sencillo, lla.

(Del lat. *singellus, por singulus).

1. adj. Que no tiene artificio ni composición.

2. adj. Dicho de una cosa: Que tiene menos cuerpo que otras de su especie. Tafetán sencillo.

3. adj. Que carece de ostentación y adornos.

4. adj. Dicho del estilo: Que carece de exornación y artificio, y expresa ingenua y naturalmente los conceptos.

5. adj. Que no ofrece dificultad.

6. adj. Dicho de una persona: Natural, espontánea, que obra con llaneza.

7. adj. Incauto, fácil de engañar.

8. adj. Ingenuo en el trato, sin doblez ni engaño, y que dice lo que siente.

9. adj. Dicho de una moneda: Pequeña, respecto de otra del mismo nombre, de más valor. Real de plata sencillo.

10. m. Disco fonográfico de corta duración con una o dos grabaciones en cada cara. U. t. c. adj.

11. m. Am. Calderilla, dinero suelto.

□ V.

cruz sencilla

doblón sencillo

enlace sencillo

letra sencilla

peso sencillo

—

Cómo se hizo «A qué se enfrentan los sencillos»

Qué sencilla es. Explica las cosas de forma sencilla. Es una obra sencilla. Díselo, sencillamente. Qué vestido más sencillo.

Qué ha querido decir con… Seguro que en realidad piensa… Te digo que se cree que…

Lo confieso, lo he hecho, he pasado dos pantallas de Candy crush pensando en la sencillez. Me han matado cinco veces en cada una, lo que significa que me ha tomado tiempo, más de veinticuatro minutos por pantalla. También he mirado el correo electrónico tres veces, el de las tres cuentas, el Facebook unas cinco, Twitter una, no, dos, Linkedin… ay, ¡se me olvidó mirar Linkedin!

Me he paseado como una araña hiperactiva por esas redes de las que mis padres no sé si sabrán leer el nombre, para dispersarme y ver si desaparece la incomodidad del vacío de las palabras que no asoman. «Sencillez» es la palabra que ha logrado borrar todas las otras. Porque cualquier acompañante la carga de significados que le son ajenos.

He emprendido un camino inútilmente barroco, un retorcido laberinto para la cobaya que soy. Es así, hoy lo soy. Mi humanidad también está compuesta de «cobayedad», si se puede decir… Me he servido otro té, se llama como yo, «Irene». Me he tomado una Couldina (funciona, publicidad aparte), he sacado brillo a las gafas, me he encendido otro cigarrillo (mal, muy mal si además una toma Couldina). He vuelto a abrir la página del editor del blog para escribir las dos primeras líneas de esta entrada. Luego he abierto por donde lo dejé ayer el libro de James Meyer sobre el Minimalismo. Nada más complejo que el Minimalismo. Y la sencillez no llega.

¡Ah! Además he quedado esta tarde a las 17:30 en el café Zurich, con un amigo que vive en Suiza. Un chiste sencillo de una verdad indiscutible. ¡Oh! ¡Un mensaje de whatsapp! que aún no sé muy bien cómo funciona, por cierto…

No es fácil pensar la sencillez. La sencillez es algo que se aplica… ¡ah! me podría instalar la aplicación de «sencillez» pero el teléfono -inteligente- me dice que no hay ningún resultado para «sencillez». Será que la sencillez no se escribe, no se pronuncia, no se milita por ella porque es transversal, silenciosa. Puede pasar por la empatía, por la sinceridad que puede resultar bruta y desagradable al que se esperaba una doble lectura; por la confianza en la univocidad de las palabras de la persona sencilla; por la serenidad de trabajar con alguien de ambición comedida, no arribista…

Sencillamene, me voy a arreglar. Nada especial, lo de siempre, tejanos y jersey. Antes voy a colgar esta entrada en el Facebook, en Twitter y -ay- que no se me olvide Linkedin. Las etiquetas no serán fáciles de encontrar. Sencillamente, no habrá.

|Texto: Irene Pomar|