Una palabra donada por Jennifer Gies
empatía.
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22 de febrero de 2015
La noticia del día
El golpe ha sonado desde el otro extremo de la calle más silenciosa del barrio. Seco, como un bombo que ha recibido su última percusión antes de que su membrana gastada ceda para siempre. Es medianoche y a Mario no parece dolerle la cabeza tras el impacto contra el aparador. Sus gemidos son agudos y sus manos sólo cubren sus ojos para secarlos o, tal vez, para presionarlos y hacer que las lágrimas fluyan más rápido, como si de este modo la pena fuera a terminar antes.
Alguien recoge el móvil del suelo y se lo devuelve al robusto Mario que sigue en pie, gimiendo. Cuando el transeúnte apoya la mano en su hombro, hay un instante de respiro. No se miran a los ojos. Mario le da la espalda bruscamente y se aleja unos metros para posar su cuerpo erguido sobre la persiana metálica opuesta al cristal al que acababa de arrojar su ira. Y sigue presionando sus ojos.
Ese señor, posiblemente de la edad de Mario, permanece a un par de metros de él, sin saber. Esperando.
Obra de Juan Muñoz en Museu Coleçao Berardo, Lisboa Foto: IPM |
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|Texto: Irene Pomar|