Herida

Una palabra donada por Eva Sanguino

Pepe Espaliu, El nido, 1993, The Nest

París, 2008. 
Estaba en casa de unos amigos. Ellos estaban fuera y me pidieron que me encargara de cuidar de sus exóticos peces. Un acuario enorme, maravilloso, en un piso del barrio 17º. Peces naranjas, negros, naranjas y negros, uno plateado… M y N iban al Norte a celebrar la salida del hospital del primero. Nada especial, pura rutina: transfusiones de sangre, control de los anticuerpos, cómo va la cosa; eso que uno nunca sabe introducir en una frase elocuente.

Esa noche estaba mirando la tele. Como yo no tenía una, estaba encantada practicando con el mando de mis amigos. Mi móvil sonó. Era mi hermano. Mi amigo de Barcelona. No tengo hermanos, pero él lo es. La conversación fue sencilla: qué tal, cómo te va, ya tengo ganas de verte, flipo con tus proyectos, qué ganas de ver tu trabajo, bueno… el médico acaba de decirme que soy seropositivo, eres la primera a la que se lo cuento, pero no pasa nada, estoy bien, esto hoy está controlado…

Sinceramente, estaba preparada. Tengo formación enlatada en libertades sexuales, soy formadora de formadores en prevención… Sé lo que es. No pasa nada. Pero debo reconocer, y lo haré ahora, que lo primero que sentí, además del miedo irrefrenable a que mi no-hermano pudiera morir antes que yo, fue: ¡¿somos idiotas, o qué?! Hombre… «¿Cómo puede ser?», le decía. Es el tema que mejor conocemos. A la vez, es el que más desconocemos puesto que incluso los expertos, las campañas, etc., todos ellos reconocen tener más preguntas que respuestas. Vacunas, sueños de curación… en fin. Pero lo único que sabemos es cómo evitarlo y «tú -HERMANO- has fracasado».
Lloraba mientras preguntaba pero él no lo notaba. Ni yo. Soy grande disimulando y más, rodeada de peces. Pero ese virus demagógico… ese virus que invita a completar las mejores teorías conspiranoicas. Esa enfermedad que conviene tanto a los que quieren castigar las conductas que no entienden o que sí entienden pero no reconocen…  Ese virus  es -pensaba- un gran generador de falsos debates y peores enemigos. Factor RH, religiosidades confusas, otras deidades… 

¿He oído «libertad»? Nos concentramos en reprochar a ciertas instituciones que extraigan un rédito moral de esta epidemia, que justifiquen con el virus un discurso. Nos concentramos en culpar a los homosexuales porque, ay, ay, ay… no vigilian y esa promiscuidad… Extrañamente, vamos olvidando a las prostitutas (elija el lector el nombre políticamente correcto). Si no fuera porque algunos miramos detalladamente las estadísticas, se diría que a esas mujeres (u hombres) ya no les afecta (ni a ellas ni a las parejas de los adúlteros/as). Ni a ellas ni a esa región africana de la que parece que viene el virus… ¿qué región era? Seguro que todos eran homosexuales… o putas, claro.


¿Qué queremos demostrar? Unos, que una institución conspira por identificar el virus con el castigo de un dios; otros identifican a los africanos como la fuente de esta epidemia; otros van a demostrar que los laboratorios hacen lo posible por prolongar el calvario mundial…; esto es sólo un virus, dicen otros. Los virus no estudiaron ética, no la inventaron, pero seguro que existe una razón de peso por la que naciera en un lugar y se desarrollara en otro, alimentando por el camino el fascinante y facineroso mundo de la superstición.
Pero, en fin, es sólo un virus, ¿verdad? Para un ente mutante hay un miedo mutable, para jueces perseverantes hay objetivos constantesA una enfermedad que aspira a convertirse en crónica le esperan muchos cambios de sentido.

Puede que a los peces que cuidaba ese sábado por la noche se le saltaran las lágrimas, pero ¿qué es una gota en un acuario? 










|Texto: Irene Pomar|
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herida
De herir.
1. f. Perforación o desgarramiento en algún lugar de un cuerpo vivo.
2. f. Golpe de las armas blancas al herir con ellas.
3. f. Ofensa, agravio.
4. f. Aquello que aflige y atormenta el ánimo.
5. f. Cineg. Lugar donde se abate la caza de volatería, perseguida por un ave de rapiña.
herida contusa
1. f. Med. herida causada por contusión.
herida penetrante
1. f. Med. herida que llega a lo interior de alguna parte del cuerpo.
herida punzante
1. f. Med. herida producida por un instrumento o arma agudos y delgados.
manifestar la herida
1. loc. verb. Med. Abrirla y dilatarla para conocer bien el daño y curarla con más seguridad.
renovar la herida
1. loc. verb. Recordar algo que cause sentimiento.
resollar, o respirar, por la herida
1. locs. verbs. Echar, despedir el aire interior por ella.
2. locs. verbs. Dar a conocer con alguna ocasión el sentimiento que se tenía reservado.
tocar a alguien en la herida
1. loc. verb. Mencionar algo que le produce disgusto o enojo.

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1 Comments

  1. Me encanta la denuncia social en los relatos, es una manera de hacer cómplices a los lectores, o testigos directos de lo que sucede en nuestro mundo. Un relato muy bien narrado y con todos los recursos irónicos y narrativos para enganchar a cualquiera para la causa. Felicidades Irene, mañana me hago de alguna ONG fijo. Jajajaja, es genial, en serio.

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